domingo, 6 de abril de 2008

Fin de semana

Creo haber vivido uno de los fines de semana más cortos que recuerdo. Supongo que el hecho de trabajar todos los días (viernes por la tarde inclusive), agrava un poco más ese sentimiento de fugacidad ociosa. A pesar de todo, que el vaso sea pequeño no significa ni conlleva una imposibilidad de embriaguez personal.

Ha habido tiempo para todo. Por un lado, se han dado momentos de soledad, algunos de soledad escogida o deseada y otros de una estricta soledad impuesta. Ha habido ratos arquitectónicos, con sonidos totalmente limitados en tiempo y/o espacio, de tonos oscuros, de textura rígida… También se han dado momentos naturalistas, repletos de músicas que acarician los oídos, que se mueven sin pudor por un espacio ilimitado, compuestos de una tonalidad clara, con toques de magnífica luz, de una textura fresca y suave. Ha habido lágrimas que han arrastrado sonrisas con sus manantiales llantinas, y también sonrisas que han secado lágrimas con el calor que desprende un bonito gesto.

Así que mañana, empezamos la semana con una impetuosa mezcla de sensaciones…

No hay comentarios: