lunes, 25 de agosto de 2008

¿Próxima parada?

Demasiado tiempo sin actualizar… Demasiado tiempo sin comentaros… Lo sé.

Agosto es lo que tiene, sobre todo a partir de la segunda quincena, que crea una inestabilidad meterológica inmensa, y a ésta le acompañan situaciones desenfocadas y confusiones personales.

Tras unas minis vacaciones reflexivas, (me refiero a un descanso interior, no laboral), y algo perdida en el contorno de un espacio que alguien creo para mí, creo, bueno, no creo, SÉ que es hora de sacar la brújula y aventurarme en la búsqueda de un nuevo paisaje, aunque sea en solitario, pero nuevo y bello.

Emigro a un nuevo destino, a ese que supuestamente ha de estar preparado para mí, esperándome. Y me gustaría volver de vez en cuando a mi espacio, casi recién abandonado espacio, si las circunstancias lo permiten, al menos de visita. Porque me traerá buenos recuerdos, porque volveré a encontrarme con alguien que ha sido muy importante, que pese a todo me ha enseñado muchas cosas y para la que siempre estaré aquí. Porque aunque mi forma de quererla cambie, la esencia seguirá siendo la misma.

Hablo de un traslado emocional, no físico.

Ya tengo la maleta preparada. En ella van pocas cosas, un poco de pena por lo que pudo haber sido y no fue, pero a su vez bastante ilusión por lo que puede ser y espero que sea.

Que la suerte me acompañe!

miércoles, 20 de agosto de 2008

Tragedia



Ahora, tan sólo queda el eco de una tragedia, la vivida hoy en el aeropuerto de Barajas. Eco procedente de las últimas palabras de esos inocentes fallecios que se encontraron por sorpresa con un siniestro destino. Eco de los llantos de los familiares. Eco de los suspiros de los pocos supervivientes que sienten cómo han vuelto a nacer.

Mi máximo respeto y mis más sincero pésame.

viernes, 15 de agosto de 2008

Soledad

Soledad impuesta,
que te acurrucas en mi lado más debilitado,
que bostezas desechando mi sueño,
que te creces cuando hago uso de tu aliada,
la soledad escogida.
Ese retiro pactado
con el aislamiento de una necesidad innata,
que muere tras los pasos,
las huellas,
de unas pisadas irrisorias.

Soledad maldita,
que me asfixias con tus silencios inoportunos.
Tu soga clandestina,
ata, atrapa y secuestra la fonética de una expresión libre.
Ahoga el origen de una lengua, un lenguaje,
procedente,
fruto,
nacido de una cultura dualista
basada en los estirpes de unos suspiros universales.

No me entristezco por tu nueva presencia,
sólo se trata de una aflicción de lo perdido,
si es que algún día llegué a encontrarlo…

Eres sustituta de la compañía,
o más bien enemiga, al menos en mi caso.
No sólo fabricas vacío,
sino que arañas cada rincón de lo aparentemente hueco
a través de un arte ambiguo pero frío y calculador.

Y cada segundo de mis días,
tú vas ascendiendo unos milímetros más,
dejándome cada vez más abajo,
más cercana al inframundo,
a mi más personal abismo oceánico,
punto geográfico intransitable,
sin fuerzas para nadar,
y mucho menos a plena contracorriente…

Y no sé si seré capaz de sobrevivir al maremoto
servido tras tu huída tropical,
después de un abandono tan escarchadamente invernal.

A lo sumo,
con suerte,
seré náufraga de un viaje sin destino.
Y me perderé en el cuarto oscuro
de mis buenas intenciones.
La confianza, la esperanza y el optimismo
también son castigados,
encarcelados,
en la celda de la injusticia,
o al menos en la del olvido ajeno.

domingo, 10 de agosto de 2008

Hoja caduca

Ánimas infectadas del peor de los virus,
se deslizan a su antojo
por la oscuridad más tenebrosa,
por un espacio vano y vacío
donde yo me encuentro inmersa…

Debilitada, en un rugoso y frío suelo
expongo mi cuerpo a la tentación
de estas almas despechadas,
enfermas del peor de los males: El desamor…

Buscan el mío… Mi alma.
Revolotean sobre mí, a través de un vuelo
similar al que llevan a cabo los moscones
sobre toda porquería, sobre lo desechable.

¡Dejadme malditos!

Sólo soy hoja caduca en pleno agosto,
sólo tuve ansias de vivir,
cuando vencí a un otoño crudo que no esperaba.

Y ahora sobreviviré,
lo haré aunque sea prensada en un libro abandonado.
Y aunque nadie me vea…
Nadie me busque…
Seguiré ahí.

jueves, 7 de agosto de 2008

El amor, si ha de morir, que sea de viejo...

Esta misma mañana, por cuestiones de trabajo, un compañero y yo, nos hemos adentrado bien tempranito en el corazón de una playa. Allí había gente de todo tipo, desde sencillas personas hasta verdaderos “personajillos”. Es lo que tienen los lugares públicos, y más los destinados al ocio como éste, que son espacios variopintos, de norte a sur, de tierra firme a horizonte inapreciable y resbaladizo.

Pero dentro de toda esta ambigua multitud, sí ha habido algo que nos ha llamado realmente la atención. De repente, por la orilla, paseando, hemos divisado a un matrimonio. Un hombre y una mujer de unos 80 años, caminando cogidos de la mano. Ha sido justo en ese instante cuando a mi compañero y a mí se nos ha erizado conjuntamente el vello de la piel, y nuestras almas se han estremecido ante tan cotidiana pero a la vez fascinante escena.

Sin dudarlo, mi compañero se ha acercado hasta ellos para decirles lo bonito que le parecía. Yo, algo más apartada, me he dedicado a observar a la anciana pareja. No oía demasiado bien lo que decían, pero su mímica hablaba, expresaba mejor que sus propias palabras. La señora, sonrojada pero feliz, apretaba cada vez más fuerte la mano de su esposo. Él, con pose firme, simbolizaba el orgullo de tener una mujer como la suya, y su sonrisa era el claro detonante de un bienestar intenso.

He sentido envidia, lo reconozco. Esta situación, me ha llevado a fabricar una reflexión futura, a intentar imaginar cómo, en qué circunstancias estaré yo cuando alcance su edad. Sin duda alguna, desearía alcanzar esa estabilidad vital y esa madurez emocional que hoy ellos me han –si no demostrado-, al menos mostrado.

Seguro que llegar hasta ese punto, no les ha sido nada fácil. Creo que para nadie lo es. La vida en sí misma, esconde grandes brotes de dureza. Además, las relaciones pasan por fases, rachas o temporadas compuestas de piezas de todo tipo que nosotros hemos de ir uniendo, elementos como el cariño, el amor, la atracción, el deseo, las ansias de conocer, el desconocimiento, e incluso a veces hasta una reconquista, un “reenamoramiento”. Los sentimientos son así, traviesos, a veces confusos e incluso en ocasiones contradictorios. Son sensaciones aparentemente indomables que necesitan de nuestra máxima atención.

Consigamos, que si el amor ha de morir, que sea de viejo…

lunes, 4 de agosto de 2008

Dicotomía Ciencias-Letras...

De nuevo, la prensa vuelve a provocarme indignación. No por la noticia en sí, sino por el trasfondo que ésta guarda en su interior.

Al parecer, una universidad española ha investigado a través de un estudio cualitativo, la clásica dicotomía ciencias- letras. Analizando los resultados obtenidos, se ha llegado a la conclusión de que las carreras de ciencias son más difíciles que las de letras. Es más, incluso se atribuyen ciertos estereotipos a la hora de la elección entre ambas opciones. Yo no voy a entrar a discutir si esto a mi juicio es cierto o no lo es, porque supongo que en todo ello, juegan un papel importante multitud de factores intra e interpersonales de los estudiantes. Son campos diferentes. Lo que sí que comparto, es que todo aquél que posea unos estudios de ciencias tendrá mucho más prestigio y ganará más dinero, más o menos justamente.

Es más, si tomamos en serio los resultados obtenidos en la investigación, teniendo en cuenta que proviene de un estudio sociológico, es decir, de profesionales del campo de las letras, y por tanto menos inteligentes, no sé yo si esté tendrá mucha credibilidad…

En fin, a lo que iba. Para empezar, yo creo que la elección de un tipo de estudios o de otros, se basa o debería basarse mayoritariamente en la vocación. ¿Pero qué ocurre? Los jóvenes de hoy en día, no saben qué es eso, carecen de inquietudes y padecen una grave desorientación vital. Pero la culpa no es de ellos, la culpa es del sistema educativo, que en lugar de avanzar, retrocede, y esto provoca serias desmotivaciones.

Pero lo peor no es eso, lo peor es que ante esa patente falta de vocación, el sistema educativo sigue a la suya, y no facilita a los estudiantes la manera de buscar sino su camino perfecto, al menos uno que se acerque.

Y en lugar de informar, se dedican a desinformar a través de estos absurdos estudios. A demostrar una vez más a que trabajar trabajan, pero inmersos en el más absoluto de los ridículos.

Profesionales de ambos campos son necesarios y lo seguirán siendo. Yo sólo manifiesto, que investigaciones como éstas, deberían centrarse más en la realidad más conflictiva y esencial, y hacer estudios actuales con resultados aplicables a un futuro. Porque ellos son nuestro futuro.