
Porque su agua es la fuente de mi vida. Porque somos capaces de “bebernos” la una a la otra a través de caudalosos besos sin derramar ni una sola gota de pasión. Porque sabemos intercalarlo con sorbos de cariño, respeto y comprensión.
Porque en situaciones confusas, donde el agua sienta tentación de escapar a través de una traicionera pérdida, o incluso evaporándose, yo siempre tendré alguna razón para volver a llenarla, como hoy…
Y hasta en el mismísimo desierto la encontraría…
Por tí…
Por mí…
Por nosotras.
1 comentario:
Me gusta lo que escribes :), me hace sonreir, ¡gracias por compartir esas palabras! A veces cuando somos felices se nos olvida compartir esa felicidad con los que en esos momentos pasan por tiempos difíciles. Un beso.
Publicar un comentario