miércoles, 11 de junio de 2008

Fin de semana

Demasiados quehaceres, pero a la vez demasiado que decir. Por ello, dejo a un lado por unos minutos mis obligaciones y actualizo. Se trata de una caprichosa necesidad.

Y precisamente supongo, que tras este inmenso fin de semana mi vida en cierta manera también ha sido actualizada. Le hacía falta, ya tocaba. Pero posiblemente, lo mejor de todo es que ha sido actualizada en plena sincronía a otra vida, la de ELLA. Nos lo merecíamos. Durante un par de días, los teléfonos han dejado de sonar, los ordenadores han descansado, y el vacío solitario se ha convertido en espacio compartido. No pudimos parar el tiempo, pero sí crear un ambiente atemporal y ser o sentirnos al menos, dos seres libres en un universo conjunto y creado a nuestro más puro antojo, con la moldura de un deseo asimétrico, profundo.

Y al fin pudimos hablarnos de nuevo a través de nuestros besos. Unos besos extraídos de un lenguaje universal, pero comunicados a través de nuestro característico argot personal, llenos de fina retórica, rebosantes de metáforas rescatadas entre la seca calidez del momento y la refrescante humedad del deseo, poéticos, esbozando los versos más bellos, inspirados en la imagen de nuestras siluetas en el resplandor del mágico abrazo de nuestros cuerpos desnudos.

Me ha encantado volver a verla. Tengo ganas de más. De mucho más.

1 comentario:

SinRespiración dijo...

Cuando quedan ganas de más, de mucho más es porque ha sido bueno, así que a repetir pronto ;)

Saludos!