viernes, 13 de junio de 2008

¿Organización o caos?

Esta mañana, en el tren de camino a la facultad y con los ojos aún pegados por las legañas, he dejado que mis pensamientos se pasearan libremente por el interior de esos vagones rutinarios, ajenos a mi cuerpo cansado, fragmentando la curiosidad motivadora de la automaticidad aparente. En mi alrededor se encontraba el típico adolescente cargando una decena de libros más los correspondientes cuadernos a sus espaldas. En otra parte, el maduro ejecutivo, que no para de hacer y recibir llamadas por cuestiones de diversa índole, y asándose como un pollo, porque a pesar de estar en el mes de junio, esa no es razón suficiente para dejar en el armario el traje y la corbata. Más allá, la mujer embarazada, mejor dicho, embarazadísima, que se dirige al hospital con la intención de confirmar que su futuro bebé sigue en buen estado. Justo enfrente, la universitaria con pantalones de pitillo, escuchando música con su mp4 de última generación mientras intenta dar un último repaso a los apuntes antes de su examen. El tren se para, y mis pensamientos traspasan los cristales sin temor. Fuera, un humilde barrendero que recoge la suciedad típica de una calle, y la mierda que nosotros mismos arrojamos sin pensar. Más al fondo, la mujer que lleva a sus dos hijos al colegio, ambos con uniforme, más que peinados, repeinados. De repente alguien sube al interior llamando de nuevo la atención de mis pensamientos. Se trata de un inmigrante, argentino me atrevería a decir, con su mono de trabajo y su bocadillo en mano envuelto en papel de “plata”…

El trayecto ha sido largo y la observación minuciosa, por lo que podría pasarme horas contando detalles de todo ello. Si nos paramos a reflexionar, aparentemente, la vida, los días, la rutina, están completamente organizados. Pero si esto realmente es así… ¿Por qué siento la sensación de que esto no es más que una mera representación teatral encerrada en el escenario de una utopía? ¿Por qué tengo la impresión de que detrás de esta aparente ficción existe una realidad caótica?

Es extraño, parece que todos y cada uno de nosotros tenemos nuestro sitio, nuestra misión, pero probablemente el hecho de “hacer” resulte insuficiente. Quizá debamos hacer más, o al menos, hacerlo mejor.

NOTA: Hablo mucho de ELLA, y seguiré haciéndolo, así que he decidido abandonar de una vez esa denominación tan impersonal y bautizarla. A partir de hoy, cada vez que haga referencia a ELLA, lo haré como “Athyr”. El nombre tiene su explicación, pero es algo que me guardo de momento.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es la primera vez que paso por tu espacio y tengo que decir que he quedado encantada. Gracias por hacerme llegar a él dejando un comentario en mi recién estrenado Diario de...Espero que sigas visitándome... muy bienvenida. Por otro lado, este texto es precioso. Y es difícil que me impacte un texto, porque estudié filología y eso te endurece (es difícil de explicar, a no ser que seas filóloga)un poco la lectura. Felicidades por el texto.

http://blogs.chueca.com/diariodeunalesbianaa/

Anónimo dijo...

La verdad es q es curioso observar a la gente...

pues mira q yo tengo ganas de levantarme a las 9 y meterme en el metro para ir a trabajar... pronto me arrepentiré de estas palabras, espero.

XD