lunes, 15 de junio de 2009

De vuelta de mi viajecito

El viaje con Peace fue bueno. Quizá no tan perfecto como esperábamos pero sí especial. El jueves por la tarde, mi chica vino a recogerme al trabajo y nos vinimos a mi casa donde nos quedamos a dormir. Ya el viernes, nos levantamos tranquilamente, cogimos los trastos y nos dispusimos a emprender el viajecito por carretera.

El trayecto era relativamente corto, pero ambas íbamos un poco preocupadas ya que desde el día anterior el coche de Peace avisaba a través del salpicadero de un error, no concretaba qué, pero lo cierto es que antes de salir, le costó arrancarlo. Aún así nos marchamos con él.

Pronto llegamos a un lugar mágico, apartado, tranquilo, precioso, sereno, sublime. Papeleo en recepción y en un plis plas ya estábamos en una habitación que parecía de marqueses, maravillosa. Como somos muy previsoras y habíamos calculado que llegaríamos justo a la hora de comer, habíamos llevado preparados unos sandwichs vegetales que nos comimos reposaditas en la cama, con ropa cómoda y haciendo zapping.

Después de descansar un rato decidimos acercarnos a la ciudad. Pasamos por un "bochorno" increíble, menuda ola de calor, menos mal que a última hora de la tarde acabamos en una terracita con cervecita y tapa con más fresquito. Después entramos a un italiano a cenar y luego para cerrar la noche, café+té en una cafetería del centro.

Al día siguiente, el sábado, teníamos idea de levantarnos e ir a pasar el día de nuevo a la ciudad. El problema llegó cuando al ir a arrancar el coche, a Peace ya le costó más de lo normal. Nos entró un poco de miedo de que al día siguiente que era cuando nos volvíamos el coche no respondiese, así que decidimos buscar un taller y salir de dudas. Y lo encontramos, y nos tiramos toda la mañana allí y no nos solucionaron nada de nada, eso sí, nos clavaron 30 euracos de los buenos. Finalmente llegamos a la ciudad a la hora de comer, volvía a hacer mucha calor... Nos dio por entrar a un restaurante súper pijo, mucho, y caro, pero bueno hay ocasiones que lo requieren. Estábamos tan tranquilamente cuando de repente a mi niña le empezaron a dar retortijones de tripa, tuvo que ir al baño varias veces. En una de tantas, me vino con la cara descompuesta, me dijo "no sé qué me pasa, estoy muy nerviosa".

Yo sí sabía lo que le pasaba. Lo que me pasa a mí últimamente, lo que le pasó a ella el año pasado: La dichosa ansiedad. Sabía que lo que más deseaba Peace en ese momento era salir de ahí, así que a mitad de comida, ni corta ni perezosa, les dije que por favor me encontraba algo mal, que nos pusieran la comida que nos quedaba para llevar y se cobrasen. Fueron muy atentos y rápidos y no tardamos ni dos minutos en salir de ahí.

Ya en la habitación conseguí que se relajara. Y nos fuímos a la piscinita. Ella no se bañó, pero yo sí, y disfruté como una niña pequeña. Más tarde, cervecita en la cafetería, cenita allí mismo y camita+tele+Peace+abrazos+relax.

Y el domingo, sobre las 12 caminito de vuelta a casa de Mussa. El coche siguió haciéndose el duro al arrancar, pero nos trajo de vuelta.

Hubiésemos querido hacer muchas más cosas, pero bueno, aún así vuelvo a reiterar que el viajecito ha sido muy especial, precioso...

Repetiremos!

PD- Lo del coche de Peace al final era tan sólo un fusible fundido... :(

2 comentarios:

Tanais dijo...

Bueno al final lo pasateis bien, pobre Peace q estaba malita :(

Al final un sustito lo del coche. Me he fijado en que sois super sanas comiendo jeje, mejor que no ponga yo mis menus, así estoy yo de serrana con mis 5 kilitos de más juas jaus!!!!

Yedra dijo...

Estos viejecitos son los que megustan a mi!
Me alegro que fuera especial!
Un besote