Mucho camino que recorrer

Aunque aún queda mucho -muchísimo- camino que recorrer hasta alcanzar cierta normalidad familiar, parece que en cierta manera las cosas van entrando en calma.

Lo cierto es que ésto ha supuesto para mis padres un golpe inesperado y sobre todo un palo muy duro.

Pero era algo que necesitaba y a su vez debía hacer. Llevaba meses buscando el momento perfecto, pero ya sa sabe, las cosas surgen y eso es lo que pasó la noche del jueves: Sencillamente surgió y entre miedo y lágrimas lo solté y por supuesto, aproveché el momento para añadir que también tenía pareja.

Ya no hay marcha atrás, pero aunque la hubiese no la utilizaría. No me arrepiento. Yo, a pesar del disgusto (siento mucho haberles podido ocasionarles tanto daño), no os voy a engañar y os diré que además de haberme quitado un peso de encima, de sentirme más liberada, voy recuperando poco a poco ciertas motivaciones que había perdido durante todo este tiempo.

Vuelvo a concentrarme más en mi trabajo y estudios, sonrío más, me relaciono más... No sé, es algo indescriptible...

De hecho, yo, la que sólo practicaba hasta ahora sillón ball, va en horario libre a la piscina, allí elimino toda la rabia que pueda quedar dentro de mí. Total, no es tan duro, después de nadar tanto tiempo a contracorriente, ahora me muevo como pez en el agua ;)