lunes, 25 de mayo de 2009

Disfrutemos...

Después de un finde excesivamente "juerguista", con concierto el viernes noche y salidita por el ambiente el sábado, (lo que provocó el hecho de meterse en la camita a altas horas de la madrugada), comienzo la semana temblorosa. Y lo hago ante el temor de combatirla, ya que ésta se presenta acelerada en cuanto a ritmo y eterna con respecto a tiempo.

Habrá que sacar armas inventadas y por inventar para aforntarla con la mayor normalidad posible. Y es que, en la universidad celebramos un congreso de bastante relevancia y el hecho de estar metida en el departamento hace que se necesite mucho de mí. Tendré que estar allí cada día antes de que comience el evento, comer con profesores y profesionales, volver, quedarme allí hasta que finalice la sesión de tarde y después al hotel a cenar con todos.

Y aquí, estoy, preparando la maleta. Dicho congreso no empieza hasta el miércoles, así que mañana tras mi jornada iré a cenar y dormir a casa de Peace. Para los días posteriores, se me indicó que el alojamiento en el hotel estaba costeado, pero que tendría que compartir la habitación con otra chica.

Lo de dormir gratis me encantó, pero lo de compartir descanso con alguien que ni conozco me paró en seco los pies. Así que inicialmente, pensé en que cada día, después de la cena me iría al pueblo de Peace, a su casa(total estará a unos 10 ó 15 minutos) del hotel, pero luego me agobié pensando en que tenía que coger coche tan tarde, cansada para luego levantarme súper temprano al día siguiente...

Así que el otro día, dándole vueltas a la cabeza se me ocurrió una magnífica idea basada en la funcionalidad y el romanticismo: Reservar una habitación doble, en el hotel que hay al lado del congreso, para mí y para Peace... Esta mañana lo he hecho, y cuando se lo he comentado a mi chica la he dejado "muerta". Por un lado le sabe mal que me gaste ese dinero teniendo en cuenta que ella vive tan cerca, que ambas trabajamos y que nos veremos en la habitación súper tarde, pero por otra parte, sé que este detalle le ha llenado.

Y es que es lo que le he dicho yo, tómalo como un capricho, como una especie de tratamiento de huída de la rutina, de desconectar de los problemas del día, de las preocupaciones de la noche anticipándose al mañana. Ven, entra en esa habitación conmigo, déjate llevar, olvida dónde estás exactamente, piensa que estás lejos de todo y de todos,en algún país exótico y lejano, pero muy cerca de mí, más que nunca. Y sobre todo, disfruta, disfrutemos...

2 comentarios:

Tanais dijo...

Ayyyys, sin palabras así se habrá quedado!!!! estás hecha una romanticona!!!

Yo soy igual, no me haría ni gracia compartir con una desconocida jejejejeje

Tanais dijo...

Tienes un premio q recoger en mi blog ;)